el
aborto es un crimen
Homilía de monseñor Miguel Esteban
Hesayne, obispo emérito de Viedma
para el 26º Domingo durante
el año
(27 de
septiembre de 2009)
La
Argentina, de hoy, se ha transformado en una caja de sorpresas
ingratas. Todos los días la noticia es un hecho de corrupción… No ha
terminado la estafa criminal de los medicamentos falsificados y ya,
se ha reiniciado una campaña abortista. Con mayor sagacidad; pero,
con el mismo objetivo de legalizar el aborto, que es un crimen.
Porque la mujer que aborta mata a su bebé. Desde el primer instante
de la concepción está, científicamente,
probado que el llamado feto es un bebé en desarrollo. La mujer que
concibió es ya madre de esa personalizada creatura. Es vida
humana engendrada por esa mujer. No es un pedazo de carne intrusa
como puede ser un tumor. Es persona humana. Esta es la
razón natural del no al aborto porque es un sí a esa
creaturita de esa mujer que lo ha engendrado más allá del modo
como se haya concebido. Aún en el hecho de una abominable
violación. El tal caso, hay que respetar el derecho del ser
engendrado y reparar, con suprema ternura, el derecho de la mujer
violada. Nadie tiene derecho a violar el derecho a la vida de
ninguna persona y menos la de su propio hijo. La mujer que aborta
intencionalmente comete un infanticidio.
En
la Argentina actual en la que la corrupción -como vengo insistiendo-
llega al mismo contenido de las palabras, urge aclarar qué significa
el aborto provocado sea la razón que fuere. Porque consciente o
inconscientemente los que defienden el aborto intencional usan una
serie de subterfugios jurídicos y eufemismos semánticos para paliar
o encubrir o negar la criminalidad del aborto provocado.
Honestamente me aterra como ciudadano escuchar –actualmente-
expresiones similares a las que escuchaba en boca de los
responsables de torturas, muerte y desapariciones de personas, en
décadas pasadas. Hoy escucho que para defender la libertad de la
mujer se pretende legitimar la “interrupción del embarazo no
deseado”. Ayer se pretendió legitimar la tortura hasta la muerte,
para descubrir un posible atentado y así salvar centenares de
vidas…Y en este caso, les respondía que no se puede manipulear ni
mediatizar a la persona humana. Otra cosa si fuera un robot… Igual
respuesta es para los que invocan o la libertad o el derecho de la
mujer violada a interrumpir el embarazo, teniendo en cuenta que está
probado, científicamente, que, desde el primer instante de la
concepción, hay vida humana y el sujeto de esa vida es persona
humana. Una persona no puede mediatizarse bajo ningún concepto.
Me
aterra –repito- que en la Argentina actual, el genial y sabio NUNCA
MAS no haya llegado ha erradicar el nefasto principio de que el
fin justifica los medios. Principio que aniquiló vidas
humanas. Y ahora lo aplican los promotores del aborto para
justificar la muerte legalizada en el seno materno que es el aborto
provocado.
Y
una aclaración más, no juzgo la intención. Desde altas esferas del
poder se habla de un libre debate sobre el derecho a abortar
en algunos casos… Táctica?, trampa?, ignorancia? Es inconcebible a
nivel de un elemental conocimiento de los Derechos Humanos un
debate sobre la legitimidad de respetar o no respetar el primer
derecho humano que es el derecho a la vida digna. En la
Argentina, hace décadas que padecemos la lacra social de la
mortalidad infantil por desnutrición de los nacidos de madres bajo
el nivel alarmante de indigencia. ¿Se pretende debatir la muerte del
no-nacido con el consentimiento de su propia madre y así sumar más
mortalidad infantil? Se habla que hay que cumplir con la educación
sexual para evitar “embarazos no deseados” Claro que sí y es urgente
una educación de la sexualidad pero en clave humana y
humanizante para educar que la pareja humana no es un simple
acoplamiento sexual placentero sino la comunión de dos personas en
un amor fecundo. Una aclaración más: tampoco el tema del
aborto es “cuestión religiosa”. El aborto provocado es un crimen
de lesa humanidad porque viola un fundamental Derecho
Humano. La Iglesia sanciona con gravísima pena a sus miembros que
cometen tamaño delito, porque defiende el derecho natural en
toda la gama de los Derechos Humanos.
Notas
Mons. Miguel Esteban Hesayne,
obispo emérito de Viedma
(mehm@speedy.com.ar) |